Narciso Maisterra

Narciso Maisterra nació en Palencia en 1933, donde paso sus primero años. Fallece en Palencia, el 15 de julio de 2022 a los 88 años. El 17 de junio durante la apertura de su museo, integrado en la red de museos de Castilla y León, se inaugura la fundación Narciso Maisterra. El 17 de junio presentó a la sociedad el que era uno de sus grandes proyectos,” La Fundación Narciso Maisterra” que puso en marcha con mucha ilusión, con sede en Fuentes de Valdepero, al igual que el Museo Narciso Maisterra.
Se formó en la Escuela de Artes y Oficios de Palencia, en la Universidad de Madrid y en los talleres del Círculo de Bellas Artes. En 1961 se traslada a Estados Unidos. Durante 17 años fue profesor de arte en The Wheeler School of Providence (Estados Unidos). A principios de los años ochenta se establece en Cantabria, dedicándose a la docencia y a la creación. Desde 1996 reside en Fuentes de Valdepero (Palencia). En este pequeño pueblo ha promovido la creación del centro internacional de arte que lleva su nombre, abierto al público desde junio de 2018.

En León expuso por primera vez en 2014 en la galería Ángel Cantero, una serie de desnudos y autorretratos que mostraban su realismo más intimista; en esa exposición, que tituló “el paso fugaz de la presencia”, los cuerpos desnudos de Narciso Maisterra no buscaban la perfección de los modelos, ofrecían una visión desglamourizada del cuerpo femenino; y sus retratos no eran autocomplacientes, sino un ejercicio de valiente auto terapia. Todo nos conducía a una idea: la fugacidad del aspecto del ser humano.
Sus exposiciones más recientes las realizó en el Palacio de los Aguado Pardo “Casa Junco” de Palencia, y en el Palacio de Pimentel de Valladolid. Ahora vuelve a León a la galería de arte Ángel Cantero para mostrar sus últimos trabajos en la exposición “Maisterra, retratos recientes”, donde centra de nuevo su mirada en los autorretratos y en los desnudos, masculinos y femeninos, pintados al sol, en el jardín de su estudio.


Narciso Maisterra es un ejemplo claro de lo que significa en el Arte “la libertad de crear”, de ahí su temática, y sus planteamientos compositivos. Retratos y escorzos de desnudos en posturas incómodas, con un “fiel reflejo de la topografía de la piel” según sus palabras y una fidelidad a la anatomía deslumbrantes. Modelos y su propio cuerpo reflejados en sus cuadros de tamaño uniforme, inusuales e innovadores retratos en su jardín, “manchados” por las sombras de la vegetación circundante en contraste con el abrasador sol veraniego.
Nos encontraremos en la exposición con trípticos y polípticos que se organizan como retablos de varios retratos agrupados del mismo modelo, hombres o mujeres que superan los 50, conformando así una obra completa de cada uno de ellos. Entre estas obras nos encontraremos con una composición de ocho cuadros de una figura yacente con la cabeza apenas visible, realizados en el jardín de su museo en Fuentes de Valdepero. Todas las obras están realizadas sobre papel de 70 x 50 cm, en óleo o en pastel, ejecutadas en horizontal ya que el pintor, después de un accidente de coche no puede trabajar sobre caballete. En definitiva, pinturas intensas, sinceras y descarnadas.


A principios de marzo de 1961 un joven de 28 años nacido en Palencia (España) presentaba en la Robertson Galleries de Portland (Maine) su primera exposición individual en Estados Unidos. Un periódico local encabezaba su crítica refiriéndose a su «sonrisa contagiosa» y a «sus manos talentosas». 57 años después, ese mismo joven, con muchos años más de experiencia, pero con la misma sonrisa contagiosa y con aún más talento, presenta su obra reciente.
Estamos ante un artista complejo y de trayectoria poco común. Se formó en los años cincuenta en el sistema español de educación artística tradicional. Trabajó durante 20 años en Estados Unidos como profesor de arte, coincidiendo con la eclosión del arte pop, el hiperrealismo y los nuevos comportamientos artísticos. Siempre ha navegado entre la revisión de la tradición barroca española y el acercamiento a las nuevas tendencias artísticas. Y siempre ha navegado solo, independiente.
El tiempo ha acentuado aún más su individualidad originaria. Ha sido un solitario en un siglo de siglas, según la expresión acuñada por el crítico de arte Juan Manual Bonet. Los movimientos de vanguardia, por naturaleza, colectivos, normativos y programáticos, no pueden comprenderse sin los heterodoxos. Maisterra ha asistido al nacimiento y desaparición de muchos movimientos de vanguardia. Su obra ha sido contemporánea, pero sin desearlo.
La auténtica contemporaneidad carece de impostación. En un primer acercamiento, el espectador se halla ante obras sencillas e inquietantes. Tranquiliza la familiaridad de la factura académica y la técnica tradicional pero su contemplación prolongada incomoda. Así, los autorretratos de hombre anciano desnudo nos recuerdan qué somos y cómo acabaremos, en el mejor de los casos, nuestra vida. Maisterra no nos ofrece respuesta alguna. Solo plantea preguntas.
El filósofo Javier Gomá, se refiere en el capítulo «Humana Perduración» del ensayo La imagen de tu vida a dos modalidades de perduración humana: la imagen de la vida y la obra artística. En algunos casos, ambas se alían, produciendo simultáneamente una vida ejemplar y una obra extraordinaria: «Y así, aunque el cuerpo del artista se corrompa un día, exactamente como el de los demás hombres y mujeres destinados a morir, su alma sobrevive en el cuerpo resucitado de su obra artística, donde disfruta ya en este mundo de la gracia inaudita de una mortalidad prolongada»  (1)
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       “Es evidente que es un descendiente espiritual de los grandes maestros de lo mórbido cómo el Greco y Goya, así como hermano carnal del contemporáneo campeón de lo grotesco Francis Bacon. Yuxtaponiendo imágenes de criaturas flácidas y cuerpos contorsionados con parodias de desnudos vivientes cómo en santo entierro y maja desnuda (inspirada en la de Goya), Maisterra indica la terrible realidad de la muerte por detrás de la belleza sensual. Naturalmente, el potente vocabulario de Maisterra no es del agrado de todos, pero su maestría como pintor es indiscutible.” (2)     
      Después de esta primera etapa de su pintura, fuertemente ligada a un simbolismo religioso, en 1970 Maisterra da comienzo a una fase distinta, utilizando esculturas de cabinas telefónicas a tamaño natural crea espacios de intensa agonía espiritual -versiones científicas o tecnológicas del confesionario- donde el ser humano expone su carne vulnerable dentro de la despiadada linealidad del acero y los tubos de plástico.
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      Con el empleo de una técnica moderna como es la resina de poliéster policromada y fibra de cristal, Maisterra combina un alto conocimiento de hidráulica, circuitos eléctricos y anatomía con una visión espiritual en la tradición de el greco y Goya, quienes trataron sorprendentemente los oscuros problemas espirituales del hombre. estos problemas, en el siglo veinte, imponen una tarea monumental al artista, que tiene que buscar forma para su visión.      
      Maisterra a su propio modo, ha decidido pisar entre los dos mundos de forma: el mundo de la máquina y el mundo de la carne humana, al cual la tecnocracia aparentemente ayuda, pero de hecho amenaza con desaparecer” (3)
      La obra escultórica durante estos años se desarrolla en Providence, U.S.A., dónde Maisterra imparte clases de arte en "The Wheeler School" durante diez y siete años.
      De vuelta a España en los ochenta, se instala en Cantabria dónde tiene numerosas exposiciones, así como en Madrid y otras capitales españolas.
       Su obra durante este periodo tiene “como denominador común la expansión, la pintura extendida, apaisada, horizontal, abierta en esa dimensión de 180 grados, que hace genuino su hacer por cuanto plantea un mundo convexo sumamente interesante y plástico.”
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       ” Pintura de la memoria, de la búsqueda del tiempo perdido, como quería Proust en la que coloca el paisaje, el hombre y su actividad, como constantes motivos, pero vistos, a veces, en un tiempo pasado con ojos de infancia.”  (4)
      "Maisterra coloca sus personajes en estos paisajes que, “por su concepción y definición escapa tanto a las convenciones pictóricas usuales como a los mecanismos de la visión subjetiva. El arco de visión que el peculiar formato permite, provoca en el espectador un efecto muy particular, sumergiéndole en la imagen, en un vértigo que separa lo pintado de lo real.” (5)
        “Su obra reciente es una propuesta rabiosamente personal, a veces hiriente de puro concreta, porque los desnudos de narciso no buscan la belleza, sino la constatación de lo que la desnudez esconde... su condición de perdedores... retratados sin piedad y al mismo tiempo con una enorme ternura, porque también él se sabe parte del mundo que nos propone.” (6)

  • (1) GRUEN, 1.964
  • (2) JANE JAFFE YOUNG, 1.967
  • (3) PHILIP MOREAU, 1.970
  • (4) SANTIAGO AMÓN, 1.983
  • (5) FERNANDO HUICI, 1.983
  • (5) JULIÁN ALONSO, 2.005

Carta de homenaje, del Patronato de la Fundación Narciso Maisterra.

web oficial del Museo Narciso Maisterra.

 


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